jueves, 31 de julio de 2008
domingo, 27 de julio de 2008
domingo, 13 de julio de 2008
Volando el dia de la Independencia
Y seguimos volando un poco mas
sábado, 12 de julio de 2008
jueves, 3 de julio de 2008
Instrumental de Vuelo
Arnes: El piloto va sentado en una silla y sujeto a ella mediante unas cintas similares a las de un arnés de escalada. Esta silla tiene unos mosquetones a los que se sujetan unas bandas, también hechas de un nylon muy resistente. Desde estas bandas salen unos cordinos -los suspentes- que llegan hasta la estructura de tela, la vela, que se encuentra a una altura sobre el piloto de entre cuatro y ocho metros.
Anemometro: El anemómetro es un aparato meteorolólogico que se usa para la predicción del tiempo y, específicamente, para medir la velocidad del viento. En meteorología, se usan principalmente los anemómetros de cazoletas o de molinete, especie de diminuto molino cuyas cuatro aspas se hallan constituidas por cazoletas sobre las cuales actúa la fuerza del viento; el número de vueltas puede ser leído directamente en un contador o registrado sobre una banda de papel (anemograma), en cuyo caso el aparato se denomina anemógrafo. Aunque también los hay de tipo electrónicos.
miércoles, 2 de julio de 2008
Inicio del Parapente
Se trata de conseguir despegar, volar y aterrizar con un ala flexible por los medios propios. El despegue se realiza a pie, normalmente desde el borde de una ladera encarada al viento. El piloto se sienta en un arnés, unido a la vela mediante dos mosquetones. Está equipado con un casco y suele llevar un varioaltímetro, GPS y equipo de radio. A menudo también dispone de un paracaídas de emergencia. Otra práctica posible del parapente consiste en realizarlo con tornos mecánicos que un operador controla dándole mayor o menor tensión a una soga. Ésta se engancha en el arnés por medio de un suelte rapido, que el piloto acciona cuando desea liberarse de la cuerda. Este tipo de vuelo es típico de llanuras (especialmente en desiertos, donde se alcanzan las mayores alturas). La duración del vuelo depende de la habilidad del tripulante para encontrar zonas térmicas o el efecto dinámico que se produca en alguna formación con respecto al viento.
No obstante, la ciencia del vuelo a vela y, por consecuencia, del parapente se basa en las corrientes térmicas. Éstas se producen al calentarse una masa de aire por conducción, es decir, por el contacto del aire sobre un suelo calentado por los rayos solares. Dicha masa de aire se dilata al elevar su temperatura y resulta más ligera que el aire circundante, por lo que comienza a elevarse, del mismo modo que asciende un globo aerostático al calentar su masa de aire interior. Esta ascensión de aire caliente, llamada térmica, es el motor utilizado por todas las aeronaves planeadoras sin motor. Existen varias maneras de obtener altura: térmica, restitución, dinámico o ladera, onda de montaña y convergencia de brisas. Todas ellas tienen sus peculiaridades particularidades, incluso algunas nubes de convección como los cúmulos pueden proporcionar ascendencias, así como las nubes lenticulares están asociadas a grandes ascendencias producidas por la orografía del terreno. La restitución se produce al atardecer, cuando las grandes masas de agua o arboledas restituyen a la atmósfera el calor sensible almacenado durante el día, proporcionando ascendencias suaves pero de enormes dimensiones. El vuelo dinámico se realiza desplazándose sobre un obstáculo frente al viento, pues éste al subirlo proporciona una masa de aire ascendente. La onda de montaña está producida por vientos a velocidad elevada que al ascender y descender por accidentes orográficos y debido a la elasticidad del aire, producen enormes ascendencias y descendencias, así como zonas muy turbulentas; puede amplificarse si las cadenas montañosas son varias y se produce un fenómeno llamado resonancia. La convergencia de brisas de distinta orientación producen una zona ascendente alargada y generalmente coronada por nubes de convección. Esta convergencia puede ser desplazada por el viento meteorológico existente en capas más altas de la atmósfera y son auténticas autopistas del vuelo libre. Se han llegado a sobrepasar distancias de 400 kilómetros en línea recta debido a este fenómeno.
Las ascendencias producidas por una nube de tormenta son tan grandes que desbordan al piloto y constituyen un peligro potencial para una aeronave lenta como es el parapente, tanto por la enorme altitud a la que llegan a subir como por las turbulencias existentes en su seno. El rango máximo y mínimo de velocidades para un modelo de parapente intermedio es: Velocidad máxima: 50 kilómetros/hora. Velocidad mínima: 24 kilómetros/hora, para un parapente de competición la velocidad máxima puede superar los 60 kilómetros/hora con una relación de planeo de 10:1, es decir, que por cada 10 metros que avanza desciende naturalmente uno.